Fumigaciones en caso de una infestación de plagas
Las fumigaciones deberían ser consideradas en caso de una infestación de plagas. Y es que las plagas resultan ser molestas y peligrosas para la salud.
Ya sea que sean hormigas en tus armarios, o ratas en el techo de tu casa, puede ser que tengas que llamar a una compañía de servicios de control de plagas para eliminar el problema.
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Cuando las plagas también se apoderan de locales comerciales, como restaurantes o empresas de almacenamiento de alimentos, más aún se deberían controlar mediante fumigaciones, ya que podría ser la única y necesaria solución.
Las Cucarachas, principal motivo de fumigaciones
Las cucarachas son las culpables más comunes en una invasión de plagas. Y es que practicamente comen de todo en su menú, y eso las hace invadir hogares y negocios, resultando ser una amenaza real.
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Según sea el tipo de cucaracha, la mayoría se arrastran, vuelan, comen de todo y por supuesto, se reproducen. Así que si no se les controlan mediante fumigaciones, pueden causar problemas serios de salud a los seres humanos.
La intoxicación alimentaria también se ha relacionado con las infestaciones de plagas, particularmente cucarachas. Secretan alérgenos que pueden ser muy peligrosos para las personas que sufren de problemas respiratorios.
No sólo las cucarachas nos invaden
Por supuesto que también existen otros parásitos que causan la destrucción en una casa o local comercial. Estos incluyen pulgas, abejas, avispas, chinches, arañas, roedores, termitas, entre otras. Si la empresa de control de plagas no puede resolver el problema con aerosoles químicos, la fumigación de plagas puede ser recomendada.
Las fumigaciones son un método de control de plagas que llena un edificio entero con fumigantes para sofocar y envenenar las plagas adentro. A menudo es la única manera de deshacerse de las termitas y otros insectos que están causando grandes daños a las zonas de madera en una casa o fábrica.
El lugar a fumigar se aisla durante un cierto período de tiempo para que el fumigador pueda penetrar en todas las áreas y matar a las plagas, sin que estas acciones puedan causar daños a los habitantes del lugar.
Después de las fumigaciones, el lugar es ventilado para que puede dispersarse el veneno. Es entonces que luego de ésta ventilación será seguro para que los seres humanos puedan volver a entrar en el recinto.
El proceso de fumigación de plagas puede tomar hasta una semana para completar, dependiendo del nivel de infestación y el tamaño del edificio.
El bromuro de metilo fue el fumigante más utilizado hasta que fue prohibido porque daña la capa de ozono. Hoy en día la mayoría utiliza fumigantes que incluyen fosfina, cloropicrina, cianuro de hidrógeno, metil isocianato, yodoformo, fluoruro de sulfurilo, etc., siendo éste último el que utiliza la mayoría.
El fluoruro de sulfurilo tiene la capacidad de matar plagas en cualquier etapa de su vida, incluyendo huevos. No daña la capa de ozono y no se asocia con los peligros de la fosfina.
Se utiliza como fumigante de plagas para controlar las termitas de madera seca que prosperan en climas cálidos. También es eficaz para la erradicación de los escarabajos de corteza, los roedores y las chinches de cama.
Fumigación de plagas es una operación peligrosa. Debe llevarse a cabo por personal competente, o por empresas de control de plagas registradas que acrediten la certificación adecuada con la que pueden realizar fumigaciones de plagas correctamente y sin perjuicio a la salud humana.
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